La forma cómo se produce el eco
es algo que nos intriga a la mayoría desde que somos muy pequeños. Este
fenómeno acústico se produce cuando una onda sonora se refleja y
regresa con retardo suficiente para superar la persistencia acústica, que el oído distingue como un sonido independiente.
Para que se produzca eco, la superficie reflectante debe estar
separada del foco sonoro una distancia de 17 metros para sonidos
musicales y 11,34 metros para sonidos secos.
El mínimo retardo necesario varía desde alrededor de 100 metros para sonidos secos hasta varios segundos para sonidos complejos.
Cuando el sonido ha sido tan deformado que es irreconocible, se denomina reverberación en lugar de eco.
El oído puede distinguir separadamente sensaciones que estén por
encima del tiempo de persistencia acústica. Por lo tanto, si el oído
capta un sonido directo y, después de los tiempos de persistencia
especificados, capta el sonido reflejado, se podrá apreciar el efecto del eco.
En construcción se utiliza la distribución del eco por el interior de
los materiales a modo de ensayo, para ver si cumplen con los parámetros
deseados.
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