Siempre hemos imaginado aparatos fantásticos como los que usa James Bond, miniaturas y disimulables. Gracias a un nuevo material: el grafeno, ya es posible realizar infinidad de dispositivos sorprendentes.
Este material, una forma alotrópica del carbono, descubierto a partir
de estudiar el grafito y que ha sido motivo del premio nobel 2004 en
física para Andre Geim y Konstantin Novoselov, investigadores de la Universidad de Manchester.
Ambos galardonados obtuvieron el grafeno, dado que resulta de
obtener una capa finísima de grafito, mediante un procedimiento
sencillo. Pegar una cinta adhesiva al grafito y desprenderla. Tras
obtenerlo lo utilizaron para crear microchips. Para sorpresa de todos el
grafeno permite el paso de los electrones con velocidad similar a la
de la luz. Es un superconductor. En 2008, James Hone, Jeffrey Kysar, Chaggu Lee y Xiaoding Wei de la Universidad de Columbia demostraron que el grafeno es el material más resistente a la tracción que existe hasta ahora.
Televisiones plegables, celulares que se enrollan y se llevan tras la
oreja, dispositivos de lectura flexibles como un libro tradicional,
ropa con computadoras integradas: todo ya esta disponible en esta
década.
De hecho, algunos de los gigantes de la electrónica de consumo ya
anuncian las pantallas plegables para el año próximo. Y los creadores de
teléfonos celulares ya pusieron a la vista sus prototipos de teléfono
tipo pulsera totalmente flexibles.
Las era del grafeno inicia tras la era del silicio. El “material del
futuro”, como se le llama, no solo permitirá aparatos miniatura y
flexibles, sino también crear baterías recargables que, por ejemplo,
duren hasta 20 años de vida útil. Incluso la Universidad Politécnica de Hong Kong
ya trabaja en la producción de baterías de Grafeno que se carguen con
el calor ambiental. Y en Israel ya se fabrican celdas solares, con
grafeno que aumentan su eficacia en hasta 10 veces comparadas con las de
sílice.
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